Ya sea por adecuar y actualizar el estado de inmuebles de una cierta edad, dotándolos de soluciones, sistemas y materiales adaptados a las exigencias y prioridades que hoy nos pide tanto en la salud de las personas como en la del planeta.

Poder ofrecer y posibilitar confort en cada uno de los ejes en los que lo percibimos, confort térmico, acústico, lumínico, cromático, confort ambiental, en definitiva, entendiéndolo como el conjunto de variables que acaban posibilitando bienestar aplicada al espacio.

Por otra parte, trabajar en aplicar las modificaciones necesarias para conseguir disminuir la demanda energética del edificio y emplear soluciones para cubrir esta demanda con el menor consumo posible, a ser posible logrando que sea cero.

Dejar atrás fuentes energéticas típicas del siglo XX para garantizar la entrada en el XXII en condiciones ambientales óptimas. Abandonar el gas y la combustión de fósiles sustituyéndolas por la aerotermia, la geotermia, la energía solar y todas aquellas que, en menor medida nos ayuden a lograr el consumo cero.

Trabajamos también el rediseño por cambio de uso, atender a posibles requisitos regulatorios o bien abordar por los cambios observados en la demanda de un barrio o distrito. Naves urbanas, edificios industriales engullidos por el desarrollo urbano, edificios o construcciones con función agropecuaria reenfocados para ser hoteles o residencias rurales, etc.

Rehabilitar, reformar supone una disminución del impacto ambiental generado respecto a realizar una obra nueva que va del 15% al 35%, porcentaje que depende del porcentaje de reutilización de materiales.